El Málaga se pone al nivel del Valencia

El Málaga fue capaz de ganar al Valencia después de mucho tiempo e igualarle a puntos en la tabla. Su victoria la escribió con buena letra, haciendo un extraordinario trabajo sin balón y dejando en evidencia al equipo de Emery, que casi hubiese hecho lo mismo si no se hubiese presentado a su cita en La Rosaleda. Ahora, los boquerones tienes los mismos puntos que su rival, pero el 2-0 de la primera vuelta en Mestalla deja por delante a los ches, que tendrán que pensarse mucho las cosas en esa tercera posición.

La actitud y juego del Málaga no le hicieron ningún bien al Valencia, que estuvo en la otra acera. El equipo che se borró, salvo Guaita, que evitó unos cuantos goles más, y se le pudo reprochar muchísimas cosas, casi hasta la forma en la que cada futbolista se había atado los cordones.

El Valencia perdió por culpa de un tanto de Camacho, que quiso tirar a portería con la cabeza y lo hizo no se sabe si con el hombro o la espalda. El remate no fue el mejor, pero acabó en las redes y superó a Guaita, que se sintió solo en una callejón sin salida. Nadie le acompañó, nadie se atrevió a defenderle.

El tanto de Camacho representó el encuentro y la imagen de su equipo. El centrocampista malaguista marcó porque fue, lo que nunca hizo el Valencia. Sólo se recuerda una parada de Kameni en todo el partido, y la pelota se marchaba un metro a la derecha de uno de sus palos.

El guión estaba escrito
El Málaga tuvo el balón e Isco y Cazorla lo trataron con gusto, incomodó con estilo en la presión y hasta mandó dos balones a los palos, uno de Eliseu que tocó Guaita y otro de Santi cerca del final. Ese disparo de Santi podía haber acabado con la película, aunque realmente ya todos los espectadores conocían el final a la hora de filme, cuando Feghouli se marchó a la calle. El francés, futbolista acelerado que necesita pensar más de lo que lo hace, sacó el brazo a paseo y vio su segunda amarilla. Esa tarjeta también era la de despedida del Valencia en La Rosaleda.

Emery desde la banda ya no sabía ni que hacer y hasta quitó a Soldado para meter a Aduriz. Su equipo ni dio la sensación de empatar y no llegó el segundo, el tercero o el cuarto porque Guaita sí estuvo a la altura. Él merece más que nadie estar con los mejores. También el Málaga, que realizó una brillante declaración de intenciones con su enemigo por la tercera plaza.